La menopausia es un proceso natural en la vida de una mujer que marca el cese de la menstruación y la capacidad reproductiva.
Habitualmente se produce entre los 45 y los 55 años y está asociada con cambios hormonales que pueden provocar síntomas como sofocos, cambios de humor y sequedad vaginal.
La falta de información y el miedo a los tratamientos hormonales hace que no avancemos hacia mejoras que nos ofrece la medicina hoy en día. En España, el 6% de las mujeres usan hormonas como tratamiento de la menopausia, mientras que en EEUU este número asciende al 36%.
La Dra. Sánchez-Dehesa, jefa de Ginecología de HM IMI Toledo subraya que “es importante que las mujeres pasen por un seguimiento médico durante este período para manejar cualquier síntoma y riesgo de salud a largo plazo”
Los síntomas en la mujer son principalmente:
1. Sofocos y sudores nocturnos: son causados por cambios hormonales, especialmente una disminución en los niveles de estrógenos y progesterona. Afectan al hipotálamo, la parte del cerebro que regula la temperatura corporal. Cuando el hipotálamo percibe un aumento en la temperatura, desencadena respuestas para enfriar el cuerpo, como la dilatación de los vasos sanguíneos y la sudoración.
En el caso de los sofocos, se produce una sensación súbita de calor intenso que puede irradiarse desde el pecho hacia la cara y el cuello. Los sudores nocturnos son similares, lo que puede interrumpir el sueño y provocar cansancio y falta de concentración durante el día.
2. Cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o depresión: son síntomas emocionales que algunas mujeres experimentan durante la menopausia. Estos cambios pueden estar relacionados con fluctuaciones hormonales, así como con otros factores como el estrés, los cambios en la vida y las preocupaciones relacionadas con el envejecimiento. La disminución de los niveles de estrógeno puede influir en los neurotransmisores en el cerebro que afectan el estado de ánimo.
“Es importante tener en cuenta que no todas las mujeres experimentan estos síntomas, pero si un porcentaje mayor de lo que pensamos, llegando incluso a tratarnos con antidepresivos. Recomiendo hablar con un médico o un profesional de la salud mental y con tu ginecólogo, ya que simplemente el uso de tratamientos hormonales pueden mejorar estos síntomas y ayudar a los psiquiatras en el tratamiento” afirma la Dra. Sánchez-Dehesa.
3. Insomnio: pueden estar relacionados con cambios hormonales, sofocos, sudores nocturnos, estrés y otros factores asociados con esta etapa de la vida. Muchos de estos problemas se deben a la disminución de la melatonina, una hormona que regula el ciclo sueño-vigilia y puede desempeñar un papel en la calidad del sueño.
Además de la melatonina, existen otras estrategias para mejorar el sueño durante la menopausia, como mantener un horario regular de sueño, crear un ambiente propicio para dormir, practicar técnicas de relajación y ejercicio.
4. Sequedad vaginal, molestias durante las relaciones sexuales, problemas de incontinencia y falta de apetito sexual.
La disminución de los niveles de estrógeno y testosterona puede afectar la líbido y la respuesta sexual en la mayoría de nosotras. Además de los cambios hormonales, otros factores pueden contribuir a la falta de apetito sexual como el estrés, la fatiga, la preocupación por los cambios en el cuerpo, los síntomas físicos, autoimagen y autoestima.
La Dra. Sánchez-Dehesa explica que “hay que abordar estos problemas con tu médico para explorar posibles soluciones y mejorar la calidad de la vida sexual durante la menopausia. Algunas opciones de tratamiento pueden incluir terapia hormonal, terapia sexual, asesoramiento o terapia de pareja, cambios en el estilo de vida y técnicas de manejo del estrés. Es fundamental comunicarse abierta y honestamente con tu pareja sobre tus preocupaciones y trabajar juntos para encontrar soluciones que funcionen para ambos. Un complemento útil son productos específicos para esta etapa como lubricantes, jabones, hidratantes íntimos”.
La sequedad vaginal y las molestias durante las relaciones sexuales son síntomas comunes de la menopausia y están relacionados con la disminución de los niveles hormonales. La falta de lubricación natural puede causar irritación, dolor o molestias durante las relaciones sexuales.
En cuanto a la incontinencia, también puede ser un problema durante la menopausia.
5. Cambios en la distribución de la grasa corporal: aumento de peso o redistribución del mismo que se debe en parte a la disminución de los niveles hormonales y puede influir en cómo se almacena la grasa en el cuerpo. Algunas de las características comunes de estos cambios incluyen:
Aumento de peso: especialmente alrededor del abdomen, caderas y muslos. Este aumento de peso puede ser el resultado de una disminución en el metabolismo, cambios en el estilo de vida y factores hormonales.
Redistribución de la grasa: La grasa tiende a redistribuirse durante la menopausia, con una mayor acumulación alrededor del abdomen y menos en las caderas y los muslos. Esto puede cambiar la forma del cuerpo y contribuir a una figura más “redondeada”.
Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada y ejercicio regular, puede ayudar a controlar el peso y mantener una composición corporal saludable durante la menopausia. Es fundamental consultar a nutricionistas especializadas en esta etapa.
6. Dolor articular: los cambios hormonales pueden afectar la producción de colágeno y la lubricación articular, lo que puede provocar dolor, rigidez y sensibilidad en las articulaciones. Además, la disminución de los niveles de estrógeno puede contribuir a la pérdida de densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de osteoporosis y dolor articular.
7. Osteoporosis: una enfermedad caracterizada por la pérdida de densidad ósea y debilidad de los huesos. La disminución hormonal puede afectar la capacidad del cuerpo para absorber calcio, lo que puede llevar a una pérdida de masa ósea. En esta etapa la mujer debe mantener una ingesta adecuada de calcio y vitamina D, además de realizar ejercicio regularmente.
8. Enfermedades cardiovasculares: los cambios hormonales significativos aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares ya que las hormonas ayudan a mantener la flexibilidad de los vasos sanguíneos y a controlar los niveles de colesterol en sangre. La disminución hormonal puede contribuir a un aumento del colesterol LDL (colesterol “malo”) y una disminución del colesterol HDL (colesterol “bueno”), lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares como los infartos y el accidente cerebrovascular.
9. Pérdida de visión: no suele ser un síntoma directo de la menopausia. Sin embargo, los cambios hormonales y otros factores relacionados con la edad pueden afectar la salud ocular durante esta etapa, experimentando sequedad ocular, pudiendo causar molestias y visión borrosa. Además, puede estar asociada con un mayor riesgo de desarrollar cierta patología ocular como la degeneración macular relacionada con la edad y el glaucoma.
10. Cambios en la textura y el grosor del cabello: muchas mujeres experimentan cambios en la textura y el grosor del cabello debido a la disminución de los niveles hormonales, especialmente de estrógeno y progesterona, provocando que el cabello se vuelva más delgado, seco, frágil y propenso a la rotura. Además, algunas mujeres pueden notar un aumento en la pérdida de cabello o en la aparición de áreas de adelgazamiento en el cuero cabelludo.
Todos los cambios que presentamos en la menopausia pueden ser estresantes, pero existen opciones de tratamiento como suplementos vitamínicos, champús, lubricantes, láser , PRP, hormonas, nutricionistas, médicos estéticos y ginecólogos que te ayudarán en esta etapa.